El lance es lateral y ahora sí aprovechamos toda la fuerza del cuerpo, minimizando el esfuerzo y maximizando la distancia alcanzada. Básicamente consiste en apoyar la plomada en el suelo, y desde allí, describir un semicírculo hasta la posición en la que soltamos la línea.
El plomo apoyado en la arena en la misma línea de la caña. Realizamos el giro de forma coordinada y llevamos la caña hacia arriba para al fin frenarla en seco en un ángulo mayor que con el lance tradicional. El recorrido es muy largo y la caña se carga considerablemente, con lo que el plomo sale disparado a una gran velocidad.
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